La vida es cual tapiz que vamos tejiendo con nuestros pasos; aquí, lo hacemos con las letras: ellas son un dulce racimo de latidos y vivencias; historias y quimeras que nos alimentan.

jueves, 27 de octubre de 2016

Tracycorrecaminos


El verbo que hace caminos y vivencias…©Tracycorrecaminos Un viaje enriquecedor que compartir…


OLORES  Y  SABORES DE LA INFANCIA

Dicen que el sentido con más memoria es el del olfato y es verdad, cada vez que huelo a un cocido de los de antes, me vienen a la memoria tantos recuerdos...

La cocina de casa de mi abuela era grande, con mis ojos de niña la contemplaba como la habitación más bonita de la casa, quizás porque nunca se encontraba sola, tenía un ir y venir que ahora, desde la atalaya de  la edad, casi la comparo con la plaza del pueblo, era foro de conversaciones,  el único lugar de la casa en la que bullía la vida y a la que no tenía vedada la entrada porque siempre había alguien en ella: los desayunos con su olor a pan tostado en la lumbre, se empalmaban con la llegada del  cesto de la compra, aquel que tenía dos tapas por las que asomaban las acelgas y que me ponían de mal humor sólo verlas.
 Recuerdo que el sacar la compra llevaba a esa conversación recurrente de lo que se iba a poner de comer a mediodía y a la noche.
 Inmediatamente seguía la preparación de la comida en una enorme mesa de madera rústica, con un gran cajón  donde se guardaba el pan y al que yo iba y venía cuando el hambre se hacía notar "abuela sólo un trocito" y me lo daba no sin antes decir "te vas a quitar la gana de comer...." A continuación me iba al pico de la mesa, en el que tenía asignada una banqueta, donde no estorbaba, para llevar a cabo mi cometido: pelar los ajos. Ahora me pregunto ¿todo llevaría ajos? ¿o es que me los daban para tenerme entretenida?, después de pelarlos venía el majarlos con perejil que cogía de una maceta, y la sal que, previamente a echarla en el mortero, tenía que enseñarla, no se me fuera ir la mano. La tarea del majado duraba bastante,  a mi abuela y a mi madre les parecía que nunca estaba bien triturado
Por fin se ponía el cocido. Me gustaba su olor desde sus primeros hervores y me envolvía en sus vahos, como si del más rico elixir se tratara, la casa quedaba impregnada de ellos desde que se entraba por el portal.
Mientras se hacía esta suculenta olla, cuya elaboración duraba toda la mañana, se aprovechaba para lavar: en la misma cocina, al lado de los fregaderos que parecían de mármol blanco, estaba la pila que era negra de piedra brillante y en la que se echaba la ropa mientras lo olla hervía a  fuego lento. 
 A esa pila mudaba yo mi banqueta porque me encantaba meter las manos hasta el codo y chapotear, poniéndome perdida y llevándome la consabida regañina y la amenaza de no volver a pisar la cocina, amenaza que surtía su efecto.
Aún quedaba el ritual de la ensalada, recuerdo el olor a pepino recién partido y a mi madre poniéndome una tira de su mondadura, sobre mi frente y sobre la de ella, porque decía que refrescaba mucho.
Hoy día se la pongo yo a mis nietos, lo que no le puedo poner son esos platos suculentos del cocido de antes porque dicen que son demasiado potentes para los tiempos que corren en los que todo lo que comemos debe ser "light"
Ellos se lo pierden porque lo "light" no tiene olor y no guarda recuerdos.

(Autora del texto: ©Tracycorrecaminos)

                                                 (Para ti; mi agradecimiento...)


18 comentarios:

  1. Muy bello, muy tierno, encantado de descubrirla. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Y yo encantada de que te haya gustado, Xan… Este texto especialmente, me despertó también mucha ternura… Es muy grande, Tracy! ;-)

    Graciass y mil Bsoss, querido amigo!

    ResponderEliminar
  3. Cómo me gusta leer a Tracy, es muy original y cercana en su blog, me encanta visitarla habitualmente.

    Mil gracias, mi preciosa, Ginebra, por seguir compartiendo entradas de gente maravillosa por estos mundos blogueros.

    Muchos besos a ambas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así como lo dices, mi preciosa, María… Es muy cercana, y nos lleva de su mano a lugares maravillosos, aderezados siempre de sus bonitas letras…

      Gracias siempre a ti, por ser y estar…

      Bsoss y cariños!! ♥

      Eliminar
  4. Hola talento, que hambre me acaba de entrar¡¡¡¡ no sólo de viandas se alimentan las personas....y en tu blog uno acaba felizmente saciado de tanto buen gusto..
    Gracias Gi, pasa buena tarde..besos a fuego lento..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes lo feliz que me hace eso, mi querido, Don Vito, pero siempre soy yo la que tengo que daros las gracias, pues sin vosotros, sin vuestra complicidad, ésto, no sería posible…

      Bsoss enormes, y muy feliz tarde!! :-)

      Eliminar
  5. Una historia entrañable. Gracias por presentarla en tu espacio, preciosa Ginebra. No la conocía.

    Mil besitos para cada una.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues seguro que te gustará, mi querida, Ana… Es un placer visitar su blog y viajar entre todas las maravillosas cosas que comparte…

      Gracias siempre por tus palabras…

      Bsoss y cariños enormes ♥

      Eliminar
  6. ¡Qué sorpresa!e has dejado sin palabras, no esperaba que me trajeras a tu blog y la verdad es que me ha resultado muy reconfortante que haya sido con el texto que escribí sobre la cocina de mi abuela, pienso que si ella lo hubiera leído le hubiera gustado saber los recuerdos que tengo de ella.
    Un millón de gracias a ti y a todos y todas las que han dejado su comentario.
    Creo que este blog tuyo no lo conocía, estaré al tanto porque es otra forma de conocerte más y mejor.
    Un millón de gracias y de besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este texto me pareció verdaderamente tierno y entrañable, querida, Tracy… Y soy yo la que debo darte las gracias por permitirme compartirlo en este lugar de encuentro, de tantos que escribimos y sentimos por estos lares…

      Así que, mil GRACIAS, de corazón!! :-)

      Bsoss gigantes!! ♥

      Eliminar
  7. Recuerdo haberlo leído, fue escrito para un jueves de relatos.
    Interesante la nostalgia a partir del tema de la cocina.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Demiurgo… Es un hermoso y tierno viaje en el tiempo…acariciando esa infancia por la que memorar todas esas cosas que quedarán adheridas por siempre, en mente y alma...

      Gracias por tus palabras y tu sentir, amigo…

      Bsoss enormes.

      Eliminar
  8. Tienen los textos de Tracy, como dice María Pernada, originalidad y cercanía, autenticidad, pero esa aparente improvisación es el fruto de una autora viajada y culta, de una libre personalidad que refleja en sus evocadora palabras, llenas de poesía y recuerdos, de la fuerza del poso intelectual y a la vez emotivo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No puedo más que unirme a tus palabras, mi querido, Pitt… Además de darte las gracias por pasarte por aquí, dejando tu bonito sentir…

      Bsoss enormes, amigo!

      Eliminar
  9. Como dice la canción "Cualquier tiempo pasado es mejor"
    Besos, feliz finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre es hermoso viajar al pasado cuando los momentos vividos son tan entrañables…

      Mil gracias por estar ahí, querido amigo, y por dejar tus palabras…

      Bsoss enormes.

      Eliminar
  10. Es un magnífico y dulce relato lleno de añoranzas. En la cocina de las abuelas se conservan las mejores historias de nuestro paladar. Gracias por compartir su texto.
    Beso y feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, querida, Yessy…

      Gracias mil por tus palabras y tu sentir… :-)

      Bsoss enormes, y muy feliz sábado ♥

      Eliminar

Las fotografías que comparto en este blog, son descargadas de Internet. En caso de que alguno de los autores no estuviese de acuerdo con su exposición aquí, tras pedirle mis disculpas, las retiraría de inmediato. ©Gin